¡De cacería! [Solitario]
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¡De cacería! [Solitario]
¡De cacería! – 01 / 03 / 2017
(Equivalencia de monstruos: pisos 1-4)
Era extraño, era distinto, pero de alguna manera funcionaba, era lo que había elegido, lo que habían elegido, pues era interesante, pues otorgaba oportunidades distintas. Samael se encontraba vagando por un enorme bosque, antiguamente un lugar tranquilo dentro de uno de los países de Sudamérica, a día de hoy gracias a la llegada de los monstruos y a lo extensivo de aquel país, un lugar bastante peligroso.
¿Qué hacia allí se preguntarían algunos? Bueno eso era fácil, cazaba. Cazaba cualquier cosa viva que se le pudiese cruzar, sin motivo sin razón simplemente por la diversión de hacerlo, pues aquella era su finalidad, su nueva manera de vivir y lo que más interesante le parecía luego de haber escapado de aquel loquero meses atrás.
- ¡Tan divertido tan hermoso, la sangre la desesperación el dolor! ¡¿Cómo pude vivir tantos años sin disfrutar de tal lujo y placer?! – su voz se elevaba por el bosque atrayendo monstruos, sus palabras luego se tornaban más silenciosas, pero allí estaban, preparadas, aguardando el momento indicado, una esfera de oscuridad se formaba frente a él mientras leía de su libro el cual sostenía en sus manos, a la vez parecía casi flotar sobre el suelo y alejarse de los constantes ataques de las bestias, una esfera salió, y la vida de aquel simple kobold que lo enfrento fue sesgada.
(Equivalencia de monstruos: pisos 1-4)
Era extraño, era distinto, pero de alguna manera funcionaba, era lo que había elegido, lo que habían elegido, pues era interesante, pues otorgaba oportunidades distintas. Samael se encontraba vagando por un enorme bosque, antiguamente un lugar tranquilo dentro de uno de los países de Sudamérica, a día de hoy gracias a la llegada de los monstruos y a lo extensivo de aquel país, un lugar bastante peligroso.
¿Qué hacia allí se preguntarían algunos? Bueno eso era fácil, cazaba. Cazaba cualquier cosa viva que se le pudiese cruzar, sin motivo sin razón simplemente por la diversión de hacerlo, pues aquella era su finalidad, su nueva manera de vivir y lo que más interesante le parecía luego de haber escapado de aquel loquero meses atrás.
- ¡Tan divertido tan hermoso, la sangre la desesperación el dolor! ¡¿Cómo pude vivir tantos años sin disfrutar de tal lujo y placer?! – su voz se elevaba por el bosque atrayendo monstruos, sus palabras luego se tornaban más silenciosas, pero allí estaban, preparadas, aguardando el momento indicado, una esfera de oscuridad se formaba frente a él mientras leía de su libro el cual sostenía en sus manos, a la vez parecía casi flotar sobre el suelo y alejarse de los constantes ataques de las bestias, una esfera salió, y la vida de aquel simple kobold que lo enfrento fue sesgada.
Samael
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
- ¡¿Podría alguien contestarme, explicarme, contentarme con la respuesta a esta pregunta?! ¡¿Puedes tu pequeña bestia insensata y carente de pensamientos?! – Una risa maniática se formaba mientras frente al aquel kobold que ataco simplemente parecía ver su vida consumida, su carne parecía pudrirse instantes antes de volverse cenizas dejando caer una simple gema.
- Oh el placer, el gusto, el deseo prohibido por aquellos que simplemente no pueden comprenderlo ¿Qué sería de mi sino pudiese hacer esto? ¿Qué hubiese sido sin la oscuridad que mi querida Diosa me ha proveído? – Su voz atraía más bestias de los bosques haciendo eco a través del mismo, aquel extravagante hombre de túnica quien solo parecía portar un libro que leía y leía una y otra vez antes de pronunciar aquel cantico devastador.
Sus movimientos extraños que le hacían parecer flotar sobre el suelo a apenas centímetros y moverse a una velocidad inalcanzable para aquellas simples bestias, un silencio repentino de aquella voz chillona que se hacía escuchar, un murmuro de aquel cantico y otra muerte más para el demente, para aquel que se hacía llamar como el ángel caído, quien cumplía ahora lo que veía como su única función, saciar su sed de sangre contenida por casi veinte años de encierro, lo deseaba y lo disfrutaba pues aquella siempre había sido su naturaleza, algo que antes no podía hacer pero ahora era premiado por hacerlo, otra prueba más de la hipocresía de la sociedad.
- Oh el placer, el gusto, el deseo prohibido por aquellos que simplemente no pueden comprenderlo ¿Qué sería de mi sino pudiese hacer esto? ¿Qué hubiese sido sin la oscuridad que mi querida Diosa me ha proveído? – Su voz atraía más bestias de los bosques haciendo eco a través del mismo, aquel extravagante hombre de túnica quien solo parecía portar un libro que leía y leía una y otra vez antes de pronunciar aquel cantico devastador.
Sus movimientos extraños que le hacían parecer flotar sobre el suelo a apenas centímetros y moverse a una velocidad inalcanzable para aquellas simples bestias, un silencio repentino de aquella voz chillona que se hacía escuchar, un murmuro de aquel cantico y otra muerte más para el demente, para aquel que se hacía llamar como el ángel caído, quien cumplía ahora lo que veía como su única función, saciar su sed de sangre contenida por casi veinte años de encierro, lo deseaba y lo disfrutaba pues aquella siempre había sido su naturaleza, algo que antes no podía hacer pero ahora era premiado por hacerlo, otra prueba más de la hipocresía de la sociedad.
Samael
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
Se adentraba más y más en lo profundo del bosque, su voz retumbaba ante cada palabra demencial que pudiese salir de su boca, aquel encierro lo había vuelto algo más que solo un psicópata, pues la soledad y el aislamiento nunca fueron la solución de ningún problema mental, sino más bien la causa de muchos ellos.
- ¿Qué opinan ustedes mis queridos? ¿Debería continuar con tal masacre en honor a mi amada diosa quien me ha otorgado este poder y esta capacidad? – Hablaba a la misma nada, así mismo y a lo que él podía ver pero nadie más, pues aquello no era más que demencia en su estado más puro.
Aquellas palabras, aquel murmuro demencial, aquella plegaria a su diosa, y la oscuridad nuevamente era desplegada, se tomaba su tiempo lo disfrutaba y observaba la desesperación en aquellas bestias incapaces de tocarle si quiera, de alcanzarle para evitar que aquella magia suya vuelva a efectuarse tomando otra vida más. - ¡Diosa mía, jamás poder pagaros tal deuda, el pago de la misma debería equivaler a reinos enteros, toneladas de oro y joyas, pero sé que estas cosas jamás os tentaran pues su superficialidad no os llega ni os corrompe! –
Aquellas palabras eran pronunciadas con gran fuerza, retumbando y haciéndose sentir a lo largo del bosque por el eco, mas bestias sucumbían a la llamada buscando acabar la vida de quien se había metido en su territorio, tan inútilmente pues fallaban en darse cuenta que aquel hombre estaba muy por encima de ellos.
- ¿Qué opinan ustedes mis queridos? ¿Debería continuar con tal masacre en honor a mi amada diosa quien me ha otorgado este poder y esta capacidad? – Hablaba a la misma nada, así mismo y a lo que él podía ver pero nadie más, pues aquello no era más que demencia en su estado más puro.
Aquellas palabras, aquel murmuro demencial, aquella plegaria a su diosa, y la oscuridad nuevamente era desplegada, se tomaba su tiempo lo disfrutaba y observaba la desesperación en aquellas bestias incapaces de tocarle si quiera, de alcanzarle para evitar que aquella magia suya vuelva a efectuarse tomando otra vida más. - ¡Diosa mía, jamás poder pagaros tal deuda, el pago de la misma debería equivaler a reinos enteros, toneladas de oro y joyas, pero sé que estas cosas jamás os tentaran pues su superficialidad no os llega ni os corrompe! –
Aquellas palabras eran pronunciadas con gran fuerza, retumbando y haciéndose sentir a lo largo del bosque por el eco, mas bestias sucumbían a la llamada buscando acabar la vida de quien se había metido en su territorio, tan inútilmente pues fallaban en darse cuenta que aquel hombre estaba muy por encima de ellos.
Samael
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
Mas aquel bosque, aquel lugar de cacería, no era solo suyo de tener, pues en aquellas tierras también había dioses y también había aventureros, y donde hay dioses y aventureros siempre habrá aquellos que busquen cazar donde más les sea conveniente, dichoso lugar había comenzado a ser llamado como el bosque de los principiantes, pues sus bestias estaban separadas y rara vez se juntaban, no particularmente débiles más tampoco fuertes.
Todas esas cualidades hacían de aquel bosque un buen lugar para cazar monstruos para aquellos aventureros que llevaban poco tiempo, era por ese mismo motivo que Samael se encontraba allí, pues a diferencia de lo que muchos podrían esperar, no le disgustaba para nada el encontrarse con otros aventureros, más bien disfrutaría de aquello, como nadie podría imaginar…
- ¡Oh bosque mío, donde están mis preciados, mis queridos y adorables amigos, donde están aquellos compañeros que ansío! ¡¿Dónde?! – Un grito enfermizo hacía eco por el bosque, mientras nuevamente Samael comenzaba a murmurar aquellas palabras que tantas veces había repetido, que tan grabadas tenía en su mente sin embargo aun así las leía de aquel libro que siempre sostenía en sus manos, otro kobold caía drenado de toda su vitalidad y volviéndose cenizas ante él, pues no había manera de parar aquel ser que solo irradiaba demencia.
Todas esas cualidades hacían de aquel bosque un buen lugar para cazar monstruos para aquellos aventureros que llevaban poco tiempo, era por ese mismo motivo que Samael se encontraba allí, pues a diferencia de lo que muchos podrían esperar, no le disgustaba para nada el encontrarse con otros aventureros, más bien disfrutaría de aquello, como nadie podría imaginar…
- ¡Oh bosque mío, donde están mis preciados, mis queridos y adorables amigos, donde están aquellos compañeros que ansío! ¡¿Dónde?! – Un grito enfermizo hacía eco por el bosque, mientras nuevamente Samael comenzaba a murmurar aquellas palabras que tantas veces había repetido, que tan grabadas tenía en su mente sin embargo aun así las leía de aquel libro que siempre sostenía en sus manos, otro kobold caía drenado de toda su vitalidad y volviéndose cenizas ante él, pues no había manera de parar aquel ser que solo irradiaba demencia.
Samael
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
Una voz, un pequeño llamado, algo que le atraía que simplemente no podía ignorar, un grito de socorro, un pedido de ayuda, para aquel hombre era como un rayo de luz cayendo justo sobre si proclamándolo como si los mismísimos dioses lo eligieran a él y solo a él, tal era la importancia de aquel simple hecho, aquella suerte, tan buena y tan mala a la vez…
- Es… es eso… ¡¿Un llamado de mi señora?! ¡Oh diosa por favor perdona mis acciones, pues en mi hay un pecado imperdonable, lo racional me domina y debo desobedecer vuestro credo para alimentar mi alma! – Exclamaba en un grito que hacía eco por el bosque.
Con gran velocidad aquel hombre se movió entre los arboles dirigiéndose a donde había escuchado aquel grito de socorro, sabía bien lo que encontraría, aquella voz femenina y de tonalidad aguda solo podía significar una única cosa, su más retorcido deseo podría ser cumplido. Sus palabras nuevamente entonaban aquel cantico destructor en lo que las simples bestias que se cruzaban en su camino caían una atrás de la otra, lenta pero efectivamente…
Finalmente llegaría a verle, a observar aquello que tanto deseaba y ambicionaba, cual simple depredador atraído hacia su presa favorita. - ¡No os preocupéis jovencita, pues en mi está el poder de salvar el alma de aquellos por caer, solo para alimentar los puros deseos de mi diosa! – con aquella exclamación se presentaría, una amplia sonrisa se dibujaba en su rostro que casi parecía intentar ocultar los signos de demencia que tan claramente visibles eran en el mismo.
- Es… es eso… ¡¿Un llamado de mi señora?! ¡Oh diosa por favor perdona mis acciones, pues en mi hay un pecado imperdonable, lo racional me domina y debo desobedecer vuestro credo para alimentar mi alma! – Exclamaba en un grito que hacía eco por el bosque.
Con gran velocidad aquel hombre se movió entre los arboles dirigiéndose a donde había escuchado aquel grito de socorro, sabía bien lo que encontraría, aquella voz femenina y de tonalidad aguda solo podía significar una única cosa, su más retorcido deseo podría ser cumplido. Sus palabras nuevamente entonaban aquel cantico destructor en lo que las simples bestias que se cruzaban en su camino caían una atrás de la otra, lenta pero efectivamente…
Finalmente llegaría a verle, a observar aquello que tanto deseaba y ambicionaba, cual simple depredador atraído hacia su presa favorita. - ¡No os preocupéis jovencita, pues en mi está el poder de salvar el alma de aquellos por caer, solo para alimentar los puros deseos de mi diosa! – con aquella exclamación se presentaría, una amplia sonrisa se dibujaba en su rostro que casi parecía intentar ocultar los signos de demencia que tan claramente visibles eran en el mismo.
Samael
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
Una joven que quizá apenas alcanzaba los quince, una aventurera seguramente huérfana o escapada de su hogar solo para ganar libertad y poder cazando monstruos, lejos de estar preparada para la vida de un aventurero, a su alrededor tres kobolds se desvanecían dejando caer sus gemas, mas aquello había sido lo último dentro de su capacidad para combate y frente a ella un cuarto se encontraba, quien soltaba un potente golpe y la hacía chocarse contra un árbol gritando por ayuda y viendo su vida pasar frente a sus ojos.
- ¡Esta es mi oscuridad, mi alma y mi poder, mi locura y mi soledad condensada todo en esta esfera, sufre lo que he sufrido, pierde lo que he perdido, tu cordura se quebrara y al final todo lo que alguna vez fuiste o ibas a ser desaparecerá! – Aquellas palabras pronunciadas ya tantas veces, aquel cantico diseñado solo para drenar la vida misma de aquel en el que impactaba y dejarlo como un simple cadáver consumido.
Aquella magia chocaba bruscamente contra la bestia que apresaba a la joven aventurera casi al borde de ser mordida por el kobold, el cadáver de aquella bestia simplemente se deshacía frente a sus ojos cual simple cadáver consumido por la magia oscura de Samael. – Este fiel y ciego seguidor de su diosa os recibe de brazos abiertos, pues mi obligación es la de cumplir con mis palabras y promesas, a salvo estas jovencita –
- ¡Esta es mi oscuridad, mi alma y mi poder, mi locura y mi soledad condensada todo en esta esfera, sufre lo que he sufrido, pierde lo que he perdido, tu cordura se quebrara y al final todo lo que alguna vez fuiste o ibas a ser desaparecerá! – Aquellas palabras pronunciadas ya tantas veces, aquel cantico diseñado solo para drenar la vida misma de aquel en el que impactaba y dejarlo como un simple cadáver consumido.
Aquella magia chocaba bruscamente contra la bestia que apresaba a la joven aventurera casi al borde de ser mordida por el kobold, el cadáver de aquella bestia simplemente se deshacía frente a sus ojos cual simple cadáver consumido por la magia oscura de Samael. – Este fiel y ciego seguidor de su diosa os recibe de brazos abiertos, pues mi obligación es la de cumplir con mis palabras y promesas, a salvo estas jovencita –
Samael
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
La expresión de aquella chica se alternaba entre una de agradecimiento y de extrañez, pues frente a ella se encontraba aquel hombre que le había rescatado, soltando palabra tras palabra de formas extrañas, bien era sabido que a algunos la llegada de los dioses les había marcado un cambio drástico cambio, pues no era poca cosa que los mismos dioses hayan descendido, y muchos fanáticos en especial se habían vuelto más comunes entre aventureros.
Sin embargo la chica no pudo evitar al menos forzar una pequeña sonrisa amable. – gr-gracias por salvarme – Palabras simples pero que al menos cumplían su función, no quería quedar como malagradecida frente a quien le había salvado la vida. – La salvación está al alcance de unas pocas palabras, vamos, sois libre de volver a vuestro hogar, pequeña, yo me asegurare de cumplir los designios de mi diosa. – La chica volvía a mirar de manera extraña a Samael, pues sus palabras claramente parecían sacadas de un fanático casi al borde de la demencia, pero era innegable que le había salvado.
Samael se giró dándole la espalda a la chica y simplemente aguardo, espero el momento indicado, la chica al ver que le dio la espalda y este comenzaba a moverse más hacia el interior del bosque, simplemente decidió alejarse despacio aun observándole raro hasta finalmente girarse para intentar salir del bosque, pues ya estaba herida y debía descansar para recuperarse.
Aquellas palabras, aquellas malditas palabras, un cantico tenue que se repetía, los ojos de Samael clavados en su libro leyendo como si estuviese recitando un salmo dicho por algún santo y escrito en la misma biblia, para el quizá realmente era eso. La esfera de oscuridad se alzaba y caía sobre un kobold que estaba persiguiendo a la chica al verla escapar.
Sin embargo la chica no pudo evitar al menos forzar una pequeña sonrisa amable. – gr-gracias por salvarme – Palabras simples pero que al menos cumplían su función, no quería quedar como malagradecida frente a quien le había salvado la vida. – La salvación está al alcance de unas pocas palabras, vamos, sois libre de volver a vuestro hogar, pequeña, yo me asegurare de cumplir los designios de mi diosa. – La chica volvía a mirar de manera extraña a Samael, pues sus palabras claramente parecían sacadas de un fanático casi al borde de la demencia, pero era innegable que le había salvado.
Samael se giró dándole la espalda a la chica y simplemente aguardo, espero el momento indicado, la chica al ver que le dio la espalda y este comenzaba a moverse más hacia el interior del bosque, simplemente decidió alejarse despacio aun observándole raro hasta finalmente girarse para intentar salir del bosque, pues ya estaba herida y debía descansar para recuperarse.
Aquellas palabras, aquellas malditas palabras, un cantico tenue que se repetía, los ojos de Samael clavados en su libro leyendo como si estuviese recitando un salmo dicho por algún santo y escrito en la misma biblia, para el quizá realmente era eso. La esfera de oscuridad se alzaba y caía sobre un kobold que estaba persiguiendo a la chica al verla escapar.
Samael
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
La expresión de gratitud al ver como sus heridas la retrasaban y casi le atacan y como la misma persona volvía a salvar su vida, aquella mirada se distorsiono apenas un instante luego. - ¡oh cuan bello rostro, si tan solo tomase otra forma, si tan solo cambiase para aquel que deseo ver, cambia para mí, pequeña, baila para mí! ¡¿Por qué no me muestras lo que quiero ver?! – La expresión de Samael era claramente la de alguien completamente fuera de sí, la chica ignoro un poco al hombre y continuó su camino.
Las palabras escritas en aquel tomo volvían a repetirse, un murmuro mortal que daría escalofríos a cualquiera que haya visto de lo que aquella magia era capaz, como si de un fantasma se tratase, Samael avanzo con una velocidad sobrehumana, dando aquella ilusión como si flotase sobre el suelo, avanzo y se mantuvo al lado de la chica como quien parecería querer protegerle en lo que otro kobold se acercaba, todo apuntaba a que aquel demente se encargaría de defenderla para que pudiese volver esperanzada a su hogar, viva.
Mas en un instante su velocidad sobrepaso la de la chica y se posó frente a ella, aquel murmuro tenebroso llegaba a su fin, los ojos y toda la expresión de aquella joven se distorsionaban, el terror podía verse en el simple reflejo de sus ojos cuando la esfera de oscuridad se dirigió directamente hacia ella, esta cayó al suelo mientras todo su cuerpo parecía cambiar, aquella energía le había arrebatado toda su vida, drenado lenta y dolorosamente.
- ¡Que placer, que gusto que deseo, ese rostro! ¡¿Cómo puede un ser humano otorgar tanto placer con la simple expresión de su rostro?! – El hombre demente se acercaba al cuerpo de la chica y levantaba su cabeza con su mano en lo que su vida desesperadamente se le escapaba. - ¡Tanto placer, tanto gusto, las cosas que te haría, si tan solo alguien pudiese soportar mi poder, mi fuerza y la magia que mi diosa me ha regalado! ¡¿Por qué todos se mueren ante el tacto de mi amor y mi amada?! – su mano se paseaba por el rostro de la chica en lo que esta simplemente ya no tenía modo de responder, pues no había más vida dentro suyo.
Las palabras escritas en aquel tomo volvían a repetirse, un murmuro mortal que daría escalofríos a cualquiera que haya visto de lo que aquella magia era capaz, como si de un fantasma se tratase, Samael avanzo con una velocidad sobrehumana, dando aquella ilusión como si flotase sobre el suelo, avanzo y se mantuvo al lado de la chica como quien parecería querer protegerle en lo que otro kobold se acercaba, todo apuntaba a que aquel demente se encargaría de defenderla para que pudiese volver esperanzada a su hogar, viva.
Mas en un instante su velocidad sobrepaso la de la chica y se posó frente a ella, aquel murmuro tenebroso llegaba a su fin, los ojos y toda la expresión de aquella joven se distorsionaban, el terror podía verse en el simple reflejo de sus ojos cuando la esfera de oscuridad se dirigió directamente hacia ella, esta cayó al suelo mientras todo su cuerpo parecía cambiar, aquella energía le había arrebatado toda su vida, drenado lenta y dolorosamente.
- ¡Que placer, que gusto que deseo, ese rostro! ¡¿Cómo puede un ser humano otorgar tanto placer con la simple expresión de su rostro?! – El hombre demente se acercaba al cuerpo de la chica y levantaba su cabeza con su mano en lo que su vida desesperadamente se le escapaba. - ¡Tanto placer, tanto gusto, las cosas que te haría, si tan solo alguien pudiese soportar mi poder, mi fuerza y la magia que mi diosa me ha regalado! ¡¿Por qué todos se mueren ante el tacto de mi amor y mi amada?! – su mano se paseaba por el rostro de la chica en lo que esta simplemente ya no tenía modo de responder, pues no había más vida dentro suyo.
Samael
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
Samael se movía repentinamente con la chica en sus manos evadiendo una de las bestias. - ¡¿Osáis atacarme cuando intento perpetrar el ritual enseñado por mi Diosa y salvadora?! ¡Cuánta insolencia! – Aquel cantico volvía a pronunciarse mientras se movía con gran facilidad y velocidad evadiendo todo ataque de aquel kobold, finalmente tras que terminase de ser pronunciado, el mismo caería drenado de toda su vitalidad y volviéndose cenizas.
- ¡El pago para todo aquel que interrumpa tal acto digno solo de aquellos elegidos por mi señora siempre será la muerte! – Pronunciaba con fuerza, pasando luego su vista sobre aquel cadáver que cargaba en sus manos. – Oh mi bella doncella, la sola imagen de tu mirada sobre la mía despierta en mi la bestia interior que todo hombre posee… lamento tener que abandonaros pero este bosque de la perdición no es lugar para que consumamos nuestro amor. – El demente bajaba el cuerpo de la joven aventurera asesinada dejándola sobre el suelo apoyada contra un árbol.
- ¡Ahora! Querido bosque, señores monstruos, he de pediros un favor ¡Aliméntense de la carne, ceded a vuestros deseos! – Decía a la vez que comenzaba a retirarse, se alejaba un poco ocultándose tras unos árboles aguardando, pues su mente se lo exigía, su demencia se lo solicitaba, debía ver aquel acto enfermizo con sus propios ojos y deleitarse con el como si de uno de los placeres más grandes de la humanidad se tratase.
- ¡El pago para todo aquel que interrumpa tal acto digno solo de aquellos elegidos por mi señora siempre será la muerte! – Pronunciaba con fuerza, pasando luego su vista sobre aquel cadáver que cargaba en sus manos. – Oh mi bella doncella, la sola imagen de tu mirada sobre la mía despierta en mi la bestia interior que todo hombre posee… lamento tener que abandonaros pero este bosque de la perdición no es lugar para que consumamos nuestro amor. – El demente bajaba el cuerpo de la joven aventurera asesinada dejándola sobre el suelo apoyada contra un árbol.
- ¡Ahora! Querido bosque, señores monstruos, he de pediros un favor ¡Aliméntense de la carne, ceded a vuestros deseos! – Decía a la vez que comenzaba a retirarse, se alejaba un poco ocultándose tras unos árboles aguardando, pues su mente se lo exigía, su demencia se lo solicitaba, debía ver aquel acto enfermizo con sus propios ojos y deleitarse con el como si de uno de los placeres más grandes de la humanidad se tratase.
Samael
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
Pocos minutos después aparecerían atraídos por el olor, moviéndose por el bosque como si les perteneciese, acercándose al cadáver de aquella aventurera, sin notar que alguien les observaba, aquel psicópata a lo lejos que buscaba disfrutar de aquella terrorífica escena sacada de las mentes más depravadas que la humanidad podría poseer.
Como se hubieran imaginado las bestias comenzaron con su festín, alimentándose con la carne de aquella joven aventurera asesinada a sangre fría por Samael, sin ninguna moral que le detuviese, sin ningún motivo para hacerlo pero tampoco para no hacerlo, pues sin dudas aquel hombre era más que un demente que había perdido toda clase de cordura posible.
- ¡Que arte, que preciosura! ¡La muerte atrayendo más muerte, casi poético, oh diosa mía observa mis acciones y disfruta de ellas pues todo esto ha sido en tu nombre! ¡Oh amada mía, que en pedazos descansas, yo vengare tal desperdicio de placer que no he podido disfrutar por este condenado bosque! – Las bestias se girarían al sentir la voz del demente, pero sería tarde, ya estaban condenadas a morir. El cantico mortal volvió a ser pronunciado mientras el libro se extendía sobre sus manos, sus movimientos erráticos casi como si flotase lo mantenían alejado de las bestias en lo que al terminar de pronunciar aquel maldito cantico, una atrás de la otra se desvanecerían dejando solo sus cenizas y sus gemas…
Como se hubieran imaginado las bestias comenzaron con su festín, alimentándose con la carne de aquella joven aventurera asesinada a sangre fría por Samael, sin ninguna moral que le detuviese, sin ningún motivo para hacerlo pero tampoco para no hacerlo, pues sin dudas aquel hombre era más que un demente que había perdido toda clase de cordura posible.
- ¡Que arte, que preciosura! ¡La muerte atrayendo más muerte, casi poético, oh diosa mía observa mis acciones y disfruta de ellas pues todo esto ha sido en tu nombre! ¡Oh amada mía, que en pedazos descansas, yo vengare tal desperdicio de placer que no he podido disfrutar por este condenado bosque! – Las bestias se girarían al sentir la voz del demente, pero sería tarde, ya estaban condenadas a morir. El cantico mortal volvió a ser pronunciado mientras el libro se extendía sobre sus manos, sus movimientos erráticos casi como si flotase lo mantenían alejado de las bestias en lo que al terminar de pronunciar aquel maldito cantico, una atrás de la otra se desvanecerían dejando solo sus cenizas y sus gemas…
Samael
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
Pero aquel era solo el comienzo, solo una fracción de su demencia, solo una pequeña porción de todo lo que aquel humano, aquel hombre cuyo nombre se lo había arrebatado al mismísimo ángel caído como si de una burla se tratase, como si así mismo eso se considerase. De aquel simple cadáver de la aventurera no quedo más nada, solo simples restos de carne y sangre dejados por las bestias, ya ni forma humana poseía pues había sido despedazada por las bestias, la fortuna tenia de haber al menos estado muerta para ese punto, si es que algo de lo que le había sucedido pudiese ser considerado fortuito.
- ¡Os he vengado amor mío, oh cuanto me entristece ver tu cuerpo destruido, incapaz de haber cumplido su propósito como mujer en este mundo! ¡¿Podría este bosque ser más odiado?! ¡¿Podría haber algo más en el dispuesto a llevarme la contra?! ¡Vamos pequeño bosquecito, atácame con todo lo que tengas, déjame disfrutar un poco más de la vida que tanto ambiciono! – Los gritos al igual que antes atraían a las bestias, y como un ciclo sin fin y enfermizo, todo volvería a suceder.
Aquel mortal cantico murmurado y leído una y otra vez de aquel libro endemoniado, las bestias que caían ante aquella oscuridad que drenaba toda su vitalidad dejándoles como cadáveres resecos antes de desvanecerse en la misma nada, para aquel hombre aquello no era más que un simple juego que disfrutaba, enfermizo y sin igual…
- ¡Os he vengado amor mío, oh cuanto me entristece ver tu cuerpo destruido, incapaz de haber cumplido su propósito como mujer en este mundo! ¡¿Podría este bosque ser más odiado?! ¡¿Podría haber algo más en el dispuesto a llevarme la contra?! ¡Vamos pequeño bosquecito, atácame con todo lo que tengas, déjame disfrutar un poco más de la vida que tanto ambiciono! – Los gritos al igual que antes atraían a las bestias, y como un ciclo sin fin y enfermizo, todo volvería a suceder.
Aquel mortal cantico murmurado y leído una y otra vez de aquel libro endemoniado, las bestias que caían ante aquella oscuridad que drenaba toda su vitalidad dejándoles como cadáveres resecos antes de desvanecerse en la misma nada, para aquel hombre aquello no era más que un simple juego que disfrutaba, enfermizo y sin igual…
Samael
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
Finalmente el cansancio y los pocos descansos que podía tomar entre combate y combate para recuperar la energía mental y continuar lanzando hechizos comenzaba a tocar su límite, bien sabia aquel demente que su tiempo para cazar monstruos era limitado, pero había comprendido mucho, había logrado bastante, y eso era lo que le importaba, el dinero por las gemas que le haría más fuerte, el poder que ganaría tras tal genocidio de monstruos, todo aquello tenía un valor increíble para él, pues su único deseo era demostrarle al mundo el poder que su diosa le había otorgado.
Aquel había sido su límite, había ansiado hacer más, lograr más, pero su magia tenía un coste, poderosa y mortal pero sabía bien que no duraría tanto, era por ello que cazaba fuera de la dungeon, eso y que además los encuentros con aventureros eran más limitados, permitiéndole actuar como el demente que era y saciar su sed de sangre.
Aquel cantico fue pronunciado nuevamente en el camino de salida, acabando con los pocos kobolds que se le cruzaron hasta que finalmente logro salir de aquel bosque. – Oh bella luz que llegas a mis ojos, dime dónde puedo encontrar a mi santa, a mi señora y diosa que todo me ha dado, muéstrame el camino para que ella pueda guiarme hacia el poder que ansío ¡Guiadme locura mía! – y con aquellas palabras, Samael se alejaba del bosque perdiéndose en la lejanía en búsqueda de su diosa, apenas el primero de los actos de aquel ser que serían relatados, mas sin lugar a dudas no sería el último…
Aquel había sido su límite, había ansiado hacer más, lograr más, pero su magia tenía un coste, poderosa y mortal pero sabía bien que no duraría tanto, era por ello que cazaba fuera de la dungeon, eso y que además los encuentros con aventureros eran más limitados, permitiéndole actuar como el demente que era y saciar su sed de sangre.
Aquel cantico fue pronunciado nuevamente en el camino de salida, acabando con los pocos kobolds que se le cruzaron hasta que finalmente logro salir de aquel bosque. – Oh bella luz que llegas a mis ojos, dime dónde puedo encontrar a mi santa, a mi señora y diosa que todo me ha dado, muéstrame el camino para que ella pueda guiarme hacia el poder que ansío ¡Guiadme locura mía! – y con aquellas palabras, Samael se alejaba del bosque perdiéndose en la lejanía en búsqueda de su diosa, apenas el primero de los actos de aquel ser que serían relatados, mas sin lugar a dudas no sería el último…
Samael
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
- Premios:
- 540 puntos de habilidades básicas,
y 3000 Valis.
Tema Terminado, ya puedes tirar los dos dados por finalizar el tema, el dado Drop y el dado Habilidad o Talento que encontraras con el resto de los dados, tira uno de cada uno y buena suerte con ellos.
Si te toca alguna habilidad de desarrollo o talento luego puedes enviar un MP a Twentynine o Hellhound al respecto para decidir los efectos del mismo y que este sea agregado a tu ficha, lo mismo sea dicho para gastar tus puntos de habilidad.
Hellhound
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Re: ¡De cacería! [Solitario]
¡Que regalo mas maravilloso que me ha otorgado oh señor sabueso del infierno!
Samael
Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 04/04/2017
Re: ¡De cacería! [Solitario]
El miembro 'Samael' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Drop' :
--------------------------------
#2 'Habilidad o Talento' :
#1 'Drop' :
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#2 'Habilidad o Talento' :
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