Un viaje solitario, un regreso acompañado [Solitario]

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 10:11 am

Un viaje solitario, un regreso acompañado - 01 / 03 / 2017

Dietmar llevaba ya cerca de mes y medio en Grecia, tras escuchar de algunos de sus problemas, o más bien tras que su dios escuchase sobre dichos problemas, habían decidido ir a visitarlo para ayudar. Como siempre Ullr mantenía a la familia bastante desorganizada y pocos de los aventureros de su familia se mantenían con él, desde su perspectiva esto no le importaba pues decía que todos eran libres de disfrutar de la caza como creían correcto. Ocasionalmente se reunían con otros aventureros de su familia, pero habitualmente era mas por pura casualidad que por reunión realmente armada por motivos importantes.

Sin embargo el aventurero alemán siempre fue un hombre con ideales bastante firmes, el creía que si era parte de la familia, al menos mientras lo sea, su deber era permanecer con su Dios, así que él lo seguía a todas partes. Fue así como terminaron en Grecia, Dietmar acababa de comprarse un segundo escudo, si, un segundo, y se encontraba decidido frente a la Dungeon local, avanzando a paso lento para adentrarse.

Comenzaría cazando unos pocos kobolds solitarios que encontraría casi al comienzo, uno por uno, escondiéndose tras su escudo y golpeando con el otro, claramente no era un gran guerrero pero al menos se las arreglaba lo suficiente para lograr tener éxito en combate singular, sin darse cuenta que la realidad detrás de aquello era gracias a su armadura y a su magia que siempre activaba antes de combatir, reflejando constantemente el daño que su armadura recibía por el directo hacia el enemigo.

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 1:11 pm

La realidad es que era su primera vez dentro de una Dungeon, hasta ahora siempre se había mantenido lejos de las mismas, defendiendo lugares tranquilos y alejados, pues a su Dios no le agradaba estar en ciudades o lugares muy habitados, así que casi siempre cazaba monstruos débiles en lugares muy amplios, esta sería su primera vez en, como suelen decir algunos, la madriguera de las bestias. Las dungeons eran popularmente temidas por ser muy fácil morir en ellas, siendo mucho más fácil ser emboscado o simplemente sobrepasado en números, motivo por el cual la gente solía formar grupos para entrar.

Sin embargo avanzaría sin miedo alguno, pues el gran caballero de la cebolla siempre había sido alguien valeroso, o al menos así le gustaba creer el desde que se convirtió en el aventurero de la familia de Ullr. Solo y sin apoyo de nadie, portando sus dos escudos, Dietmar avanzo al interior del primer piso, poco después de ser atacado por kobolds solitarios, fue cuando las bestias se le lanzaron encima casi al instante, clara señal de que últimamente había más aventureros investigando fuera que dentro de la dungeon de Grecia.

- ¡Ah! – El valeroso guerrero alemán dejo salir un agudo grito de terror en lo que simplemente ponía ambos escudos frente a si y un aura mágica lo rodeaba repentinamente, cuatro peligrosos goblins portando enormes mazos se abalanzaron sobre el sacudiendo aquel trozo de metal repleto de pinchos con fuerza hacia Dietmar, era la primera vez que veía goblins así que la sorpresa lo había asustado un poco.

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 1:12 pm

La realidad es que Dietmar no sabía realmente el potencial que poseía como Aventurero, y temía a las dungeons como un lugar mucho más peligroso, además que siempre se encontraba con su dios cuando cazaba, y por más que este no pudiese usar su arcana, seguía poseyendo los conocimientos más amplios de combate y de la cacería, dándole constantes consejos a su fiel servidor, dándole la confianza que necesitaba, ahora que estaba solo esa confianza se había esfumado, desaparecido cual simple burbuja pinchada.

Las bestias cayeron sobre el con una fuerza brutal que habría desecho a cualquier aventurero recién comenzado, después de todo, eran cuatro contra uno, uno que ni siquiera sabía bien como atacar. Ataque tras ataque tras ataque, las bestias descargaban su ira contra los escudos y algunas incluso lo rodearon lo suficiente para golpear su armadura por la espalda o los costados, y cuando todo parecía que saldría horriblemente mal, las bestias chillan de dolor y simplemente caen agonizantes y deshaciéndose en cenizas, dejando caer sus pequeñas gemas.

- ¿Ah? – Dietmar parpadeaba sumamente sorprendido tras levantarse y observar las gemas en el suelo, apenas leves abolladuras en su pesada armadura, ninguno de todos los ataques le habían causado daño alguno, pues su pesada armadura y su enorme resistencia sobrehumana le protegían de todo aquello junto a sus escudos.

- ¿Lo logre? ¡Genial! – Festejaba finalmente el valeroso guerrero de la cebolla en lo que aquella aura mágica se deshacía, sabía que debía conservar sus energías y descansar de manera seguida si utilizaba su magia, lamentaba haber gastado todo lo que le quedaba de dinero en su segundo escudo y no en pociones de energía mental.

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 1:13 pm

Finalmente tras su corto festejo, recogió las gemas mágicas y las deposito en un pequeño bolso que llevaba cruzando su pecho, debía tener cuidado de no perderse ninguna, pero a la vez tampoco tenía que perder mucho tiempo en ello por si alguien le atacaba, era común dejar alguna que otra por el ataque de más bestias, aunque Dietmar siempre se preguntó si las encontrara otro aventurero afortunado o quedarían perdidas allí para siempre.

Así fue como el héroe de esta historia continuo su camino avanzando a través de la peligrosa dungeon, el primer piso mantenía un aspecto cavernoso repleto de goblins y kobolds, podía escuchar ruidos de otros combates pero sabía que lo mejor era no meterse en el camino de otros aventureros, algunos eran algo recelosos y no les gustaba que la gente les ayude ya que consideraban aquello como un robo, pues el falna progresa constantemente mediante las acciones y el combate, además de que pocos querrían compartir las pocas gemas que se podían sacar en los primeros pisos.

El gran guerrero continuo peleando con su infalible táctica de combate, esconderse en gritos de terror tras su escudo ante cada bestia nueva que veía y dejar que las mismas se mueran por su magia que constantemente le protegía en combate. Sus escudos le protegían junto a su armadura y no veía ninguna necesidad de atacar, pues nunca se le había dado bien en ello y de aquella manera seguía teniendo éxito, por lo que tampoco se gastaría mucho, así finalmente llegaría al segundo piso.

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 1:14 pm

La llegada al segundo piso marcaba un cambio, pues ahora podría encontrar bestias nuevas y ser emboscado con mayor facilidad. Aquel piso parecía más cavernoso que el anterior, extraños ruidos se escuchaban constantemente, y ya el sonido de combate de otros aventureros se había reducido drásticamente, sin embargo aunque fuese fácil perderse, Dietmar tenía una excelente memoria visual por lo que ese sería el menor de sus miedos.

El gran guerrero cabeza de cebolla encaro a sus enemigos con más gritos de terror y escondiéndose tras su escudo, dejando que su magia haga lo suyo y acabe con las brutales bestias que constantemente se veían atraídas hacia el aventurero, como simples animales salvajes que buscan atacar a quien entra en su territorio, más el caballero de la cebolla simplemente no caía ante ninguno de los ataques de aquellas bestias, pues su inhumana resistencia y su pesada armadura le protegían.

Mas el segundo piso ya mostraba un cambio, al comienzo todo parecía atacar de cerca, eso facilitaba las cosas, o al menos el creía que lo hacía, aunque el miedo era mayor al ver un monstruo golpeándole constantemente con el terror de no saber si su armadura resistiría o no, la cosa cambiaría cuando repentinamente se vería emboscado por goblins, mas estos no portaban mazas ni espadas como acostumbraban, sino arcos, los mismos soltaron una oleada de flechas antes de que Dietmar tuviese tiempo de pronunciar su magia, viendo la oleada de flechas y temiendo el fin de su vida, con un grito agudo de miedo puso sus escudos al frente y rezo…

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 1:14 pm

La oleada de flechas caería con gran fuerza sobre el guerrero alemán, acribillándolo a flechazos y haciéndolo caer ante el supuesto dolor… más la realidad es que no había sentido dolor alguno, su magia después de todo solo servía para devolver el daño, sin ella seguía aguantando tanto como siempre, podía ver las flechas clavadas en algunas partes de su armadura, mas ninguna había llegado a la carne y la gran mayoría se habían caído al suelo sin siquiera atravesarla. Su miedo de cierta manera no estaba injustificado, pues era cuestión de tiempo encontrar alguna bestia capaz de atravesar su férrea defensa, y él nunca había sido muy bueno para correr.

Dietmar comenzaba a razonar y a darse cuenta que nada de aquellos primeros pisos parecía poder hacerle daño siempre que se oculte tras sus escudos, no tenía ni que pensar de donde venía el ataque, solo debía esconderse y observar como las bestias caían con su magia, mas esto representaba un desafío distinto, pues aquellos goblins utilizaban armas de rango y no sabía cómo afectaría su magia dichas cosas, él siempre había asumido que solo funcionaba con ataques cercanos, pero la realidad era distinta.

El guerrero alemán se concentraba pasando a formar repentinamente aquella aura amarillenta que lo recubría por completo como una tenue luz dorada muy poco notoria, se agachaba y ponía un escudo en cada dirección de donde estaban los arqueros, los goblins chillaban sonoramente enojados y cargando sus arcos volvieron a soltar una enorme andanada de flechas sobre el guerrero, esta vez, aunque con miedo, Dietmar tomo algo de confianza y quiso observar el resultado de aquella acción…

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 1:15 pm

Las flechas repentinamente chocaron contra su armadura, y como si de magia se tratase, bueno… de magia se trata, las flechas rebotaron y regresaron directo hacia cada uno de los goblins que las lanzo, pues ninguna causaba daño alguno en Dietmar, mas en aquellos goblins causaban estragos, hiriéndoles piernas brazos hombros, las bestias parecían simplemente no pensar y aunque chillasen de dolor ante los supuestos ataques del caballero cebolla, estos continuaron atacando.

Fue cuestión de tiempo para que cada goblin termine como colador repleto de flechas y se desvanezcan volviéndose cenizas y dejando caer sus gemas. – eso fue… ¡Absurdamente genial! ¡La magia es lo mejor! – Exclamaba el aventurero gordinflón que no podía evitar reír ante lo que acababa de ver, era claro que solo algo como la magia podía volver aquello posible, y su magia aunque en apariencias inútil, combinada con su enorme resistencia y su armadura, era realmente algo de temer, al menos para las hordas de monstruos de bajo nivel.

Tras aquello, el valeroso guerrero alemán sabía que era hora de tomar un descanso, pues sentía un punzante dolor de cabeza y un cansancio extraño, aunque su cuerpo podía aguantar una cantidad absurda comparado a lo que aguantaba antes de volverse un aventurero, era su mente donde estaba el cansancio, pues la magia consumía constantemente una energía que se origina de la mente misma, pudiendo incluso desmayar a quien la usa si la utiliza muy seguido, uno de los riesgos más grandes para los taumaturgos.

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 1:15 pm

Tras el descanso, el guerrero continuo con su travesía y termino por encontrar un agujero en el suelo, lanzándose sin miedo termino por llegar al tercer piso, aunque por momentos pareciese carecer de valor, realmente la idea de aventurarse en lo desconocido le parecía una oportunidad imposible de no tomar, y aquello le daba un valor sorprendente, además de que poco a poco comenzaba a entender el potencial detrás de todo ese entrenamiento por el que le hizo pasar su dios antes de permitirle entrar a una dungeon, mal que mal Ullr contestaba al sentido de obligación de Dietmar de permanecer con él, con sabios consejos y entrenamiento, no lo dejaría arriesgarse sin sentido alguno si tanto quería protegerle y seguirle.

El tercer piso ya era un cambio drástico, el ambiente ya no parecía el de una caverna oscura, sino que este poseía extrañas gemas violáceas iluminando de manera tenue el lugar, extrañas plantas cual enredaderas se formaban por las paredes, y los ruidos de las bestias se sentían diferentes, las voces de goblin ya no se escuchaban, ni los rugidos de kobolds, Dietmar se había dado cuenta que allí debía moverse con mayor cuidado y pensar bien a que enfrentarse, por más valor que tuviese, tampoco buscaba ser un temerario, tenía intenciones de seguir con vida después de todo.

Tras avanzar un poco se encontraría con el primer enemigo distinto que jamás había enfrentado, este generaría grandes problemas para el guerrero de la cebolla, pues su gran táctica no tenía tanta utilidad y se iba a ver obligado a atacar. Un extraño lagarto se abalanzo sobre Dietmar buscando morderle y golpearle con sus pesadas garras, el aventurero alemán activo su magia al instante y se escondió tras sus escudos, más el tiempo pasaba y la bestia simplemente no caía, pues la misma regeneraba sus heridas y el daño devuelto causado era tan bajo que su regeneración lo curaba por completo, debía actuar, debía atacar, pero eso también suponía el riesgo de que la bestia logre atravesar su armadura…

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 1:16 pm

Dietmar se dio cuenta de aquello, se dio cuenta que algo estaba mal y que sin importar que tanto espere, aquel lagarto no caería, temía desactivar su magia pero sabía que era la solución correcta pues no tenía ningún efecto, no entendía porque no tenía efecto alguno, pero sabía que si se dejaba estar mucho terminaría inconsciente, y ahí ni toda su armadura le salvaría la vida.

Aquella leve aura dorada se deshizo y el guerrero de la cebolla tomo sus escudos con firmeza y algo de temor a la vez, había luchado antes contra bestias más pequeñas, sabia más o menos como tenía que atacar y como debía defender, pero aun así temía que su armadura por sí sola no baste, temía no tener la capacidad de bloquear efectivamente a último momento, o que sus ataques sean inútiles al no poseer ningún arma, mas no le quedaba otra que probarlo.

Tomando una posición mejor para el combate, portando ambos escudos, por fortuna ambos eran idénticos y mantenían dos enormes pinchos que servían para atacar y de paso apoyar a su magia para devolver el daño al enemigo con los mismos, posicionando uno como defensivo, buscaría bloquear los ataques del lagarto y contraatacar rápidamente con golpes del otro, era incómodo y poco útil la verdad pues no era común en su táctica y no estaba muy entrenado en ello, pero sabía que no le quedaba otra opción, debía intentarlo de esta manera y confiar en su armadura, o en el peor de los casos tendría que huir, aunque esto no se le diese bien, no por orgullo sino por su pesada armadura y su lentitud en general.

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 1:16 pm

Con gran esfuerzo, Dietmar comenzó el combate contra el lagarto, la bestia se lanzó y por poco logro anteponer su escudo pasando luego a contraatacar, enterrándole aquel pincho de su otro escudo en una de sus patas, la bestia chillaba de dolor, sabía que había sido efectivo pero aquello no era suficiente, debía atacar con todas sus fuerzas y con gran constancia si quería hacerle caer.

El guerrero alemán se mantendría firme atacando de manera constante una vez atrás de la otra, bloqueando algunos ataques, hasta que uno finalmente paso, por un instante sintió terror ante el dolor que sentiría más… su armadura bastaría para mitigar las fauces de la bestia y aquello solo la dejaba más expuesta a sus ataques, ahora sabía que no tenía que preocuparse tanto pues su armadura bastaba, así que comenzó a atacar con ambos escudos.

La bestia parecía aguantar bastante más fue solo cuestión de tiempo para que sus ataques la hiciesen caer, finalmente solo cenizas quedaron, pues Dietmar se aseguró de ello al ver que resistía tanto, no se confió y le siguió atacando hasta que se deshiciese. Tras terminar el combate se dejó caer bastante cansado, tanto física como mentalmente, pues al comienzo había mantenido su magia por un largo tiempo pensando que solo tardaría más en caer hasta darse cuenta de la inefectividad de la misma, sabía que debía descansar o incluso retroceder y considerar aquello como el final de su aventura, después de todo, si aparecerían más de aquellos lagartos sabía bien que serían un problema demasiado grande como para resolverlo solo, más si aparecían en grupos.

Cuando estaba a punto de tomar la decisión de retirarse fue que escucho un grito claramente humano, un pedido de ayuda de alguien no muy lejos, el grito lo hizo ponerse de pie al instante, subconscientemente se preocupó pues la voz por algún motivo no dejaba de resonarle en su interior, tomo sus escudos con fuerza y comenzó a correr en dirección a la voz…

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 1:16 pm

Corrió con todas sus fuerzas hasta finalmente llegar al lugar, el rostro familiar de un aventurero que había conocido un par semanas atrás allí en Grecia, un aventurero local, un ex soldado que portaba un cuchillo y una pistola además de un chaleco antibalas y protecciones de kevlar, el aspecto era cuanto menos contrastante con la armadura de estilo medieval que Dietmar poseía, pero sin embargo el alemán siempre había sido alguien amigable y no le costaba mucho hacer amigos, por lo que varias veces se habían juntado a tomar unos tragos en un bar cercano tras encontrarse al salir de la dungeon.

Mas esta vez toda la situación era diferente, su amigo se encontraba en peligro rodeado por completo de media docena de aquellos lagartos, la sola imagen de los mismos ya lo hizo detenerse, pues sabía que no tenía oportunidad contra tantos, el ex soldado soltaba insultos en griego mientras disparaba constantemente con su pistola a todos los lagartos que se le acercaban, mas estaba rodeado y encerrado contra una pared, sabía bien que era cuestión de tiempo que le alcancen.

Dietmar intento cargar contra uno de los lagartos para llamar su atención, golpeándolo con su escudo, pero esto ayudaba en muy poca medida, todos los lagartos se lanzaban otra vez al ataque contra aquel aventurero griego. - ¡Cuidado! – Exclamaba el guerrero alemán viendo como todos los lagartos se lanzaban hacia el soldado griego, el hombre respondió con violencia sin siquiera intentar defenderse, su mano quedo dentro de la boca de uno mientras lo fusilaba a tiros por dentro, su otra mano con el cuchillo desgarraron el estómago de otro de los lagartos, pero los demás… no tuvo manera de detenerlos a todos, no era posible para un solo hombre, un simple error, una simple emboscada, el encuentro del lugar equivocado, y la vida se puede ir de manera tan rápida y efímera dentro de aquel lugar, aquella seria siempre la naturaleza de las dungeons…

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 1:17 pm

Dos bestias clavaron sus fauces sobre las piernas del soldado griego, otras dos cayeron ante los temerarios ataques del aventurero, más el lagarto restante logro lanzarse directo al cuello. - ¡Petros! – Exclamo Dietmar en lo que simplemente comenzaba a correr hacia el ignorando al único lagarto que había podido quitarle de encima a su amigo griego, más el ya llevaba tarde, el aventurero Petros llevaba ya un buen rato luchando e intentando salir de aquel encierro, Dietmar había llegado tarde para salvarle, no era su culpa claramente, pero era inevitable no sentir culpa ante lo que acababa de presencia.

El lagarto se prendió de la yugular de Petros, desgarrándola y provocando una fuerte pérdida de sangre, el soldado cayo para atrás sumamente debilitado y con los segundos de vida contados, no contaba con ninguna poción curativa y tampoco Dietmar tenía ninguna encima, aquello había sido indudablemente una sentencia de muerte. – ¡Argh! – un grito de dolor ahogado por la pérdida de sangre y por el ataque justo al cuello, un leve empujón quita de encima al lagarto que retrocede, mas todos juntos nuevamente intentan acercarse para terminar de matarlo y… quien sabrá que más.

- Dietmar… sácame de aquí… n-no… no los dejes tocar mi cuerpo – aquellas serían las únicas palabras que el soldado griego podría pronunciar con lo que le quedaba de fuerza, Dietmar soltó un grito de furia y comenzó a correr con todas sus fuerzas empujando y pateando a los lagartos en el camino, se agacho y tomo a Petros, llevándoselo al hombro para cargarlo. - ¡No te dejare caer aquí amigo! – Y con la misma furia que entro, el caballero cebolla cargo a través de los lagartos que se lanzaban al ataque, mordiendo la armadura de Dietmar sin ninguna efectividad, él podía aguantarlo, pero ahora estaba más preocupado por sacar a su amigo de allí.

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 1:19 pm

Con una fuerza de voluntad inhumana, Dietmar corrió y corrió y corrió, atravesó hordas de monstruos, activo su magia cuando lo vio necesario y las mismas se fueron muriendo por si solas, escalo al segundo piso con un gran esfuerzo, Petros ya no le contestaba, ya no se movía, simplemente estaba allí en su hombro, más el alemán no se rindió en ningún momento.

Su brutal carga lo llevo por todo el segundo piso, conocía el camino, tenía una muy buena memoria y sabia por donde debía moverse, debía valerse de esa facilidad suya para memorizar lugares y continuar de la manera más efectiva posible. – Vamos compañero, háblame, ya estamos cerca. – Dietmar pronunciaba aquellas palabras que denotaban con claridad su enorme cansancio, agitado mientras aun corría, quería tener esperanza de que podría salvarle, de que podría llegar a tiempo para que su vida no se desvanezca, pero su amigo Petros había caído ya un rato atrás…

No descanso, jamás se detuvo, solo continuó corriendo cargando al ex soldado griego con todas sus fuerzas, escudo al frente y avanzando, sus piernas dolían, sus pulmones dolían, todos sus músculos se tensaban ya en excesividad, necesitaba descansar pero no planeaba hacerlo, no se detendría hasta llegar al comienzo de aquel lugar.

El paso al primer piso finalmente se hizo visible, donde más goblins lo emboscaron, protegió el cuerpo de Petros y activo su magia para que aquellos mismos caigan en combate antes de que puedan dañar al aventurero caído, el primer piso por fortuna era más chico que los demás y no era difícil llegar a la salida, el camino libre por algunos otros aventureros que acaban de entrar, y finalmente la luz del sol a la salida.

Dietmar se dejó caer en la entrada y grito por ayuda. - ¡Un médico por favor, este hombre está herido! – exclamo en griego, no lo dominaba mucho el idioma aun pero al menos sabia como pedir ayuda, algunas personas se acercaron y entre ellos tuvo la fortuna de encontrarse alguien que sabía primeros auxilios, mas esto solo sirvió para una cosa, comprobar su miedo, aquel hombre, aquel ex soldado con quien había compartido unas cuantas noches de bebidas en el bar, estaba muerto.

El aventurero alemán simplemente no supo cómo afrontar esa situación, no supo que más hacer, pronto una ambulancia llegaría de alguien que la había llamado con su celular y allí acabaría todo, había entrado y había salido, estaba vivo y había visto que podía sobrevivir, pero también se había dado cuenta del verdadero riesgo que la dungeon poseía, y de que muchos entraban sin la preparación suficiente o simplemente estando solos y caían a causa de ello, ahora tenía algo bien en claro, no volvería a entrar solo a ese lugar, debía usar esa habilidad suya para resistirlo todo para que nadie más caiga en combate, para no tener que volver a cargar con el cuerpo de un amigo para evitar que aquellos monstruos lo devoren sin ningún respeto alguno…

por **Avernesh** Miér Mar 29, 2017 3:17 pm

Felicidades por ser el primero en terminar un tema.

Aquí los premios:

A continuación puedes tirar los dados de Drop y de Habilidad o Talento. Una vez hecho esto para gastar los puntos obtenidos, y en el caso de obtener una habilidad, debes enviar un MP a Twentynine o a Hellhound.

por **Dietmar Schönbaum** Miér Mar 29, 2017 3:22 pm

Genial, gracias. ahora veamos esos daditos.

por **Admin** Miér Mar 29, 2017 3:22 pm

El miembro 'Dietmar Schönbaum' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 'Drop' :
Un viaje solitario, un regreso acompañado [Solitario] T19d2u2cr0sr3y3zg

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#2 'Habilidad o Talento' :
Un viaje solitario, un regreso acompañado [Solitario] Ijv77100fhcj2w2zg

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